viernes, 18 de junio de 2010

EL SILENCIO MONÁSTICO

El silencio es una observancia monástica esencial. Los monasterios son casas de silencio. ¿Por qué? El silencio hace que uno se centre en sí mismo, sin distracciones ni interrupciones. Cuando se está en silencio, nuestros pensamientos y emociones son más perceptibles. Tenemos la oportunidad de abordar las cosas que hay que cambiar en uno mismo, hacer un balance de nuestras acciones y reflexionar sobre nuestra vida.

El silencio es también necesario para encontrar a Dios, que habita en el silencio de nuestros corazones. Allí lo puedes hallar; de hecho, es casi imposible hallarlo de otra forma. El silencio monástico no es falta de sonido, sino manifestación exterior de la reflexión interior, la meditación, el examen interior y la oración.

Si desearas ser un monje urbanita, donde quieras que estés o cualquiera que sea tu forma de vida, necesitarás silencio monástico. Aquiétate, sin abrir un libro de oración delante de ti o ponerte tapones para los oídos y siéntate en silencio. Aprende a escuchar ese silencio. Aprende a abrir tu corazón para ese silencio. Toma tiempo, pero tendrás una abundante recompensa de ello, aprendiendo a percibir un mundo que no es ni tangible ni ordinario.

1 comentario:

  1. Un alto en el camino. Un descanso donde reposar y dejar que lo vivido hasta ahora trabaje en el interior. Si hay algo magnifico en esta vida, es tomarse un tiempo de silencio al final del dia, donde las voces de la jornada resuenan en nuestro interior y nos hablan. ¿Que nos dicen?. Prestad atención y dialogad con ellas.

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