El mundo necesita regresar a las enseñanzas
originales de Jesús. No podemos seguir aferrados a una religión acerca de
Jesús, sino que necesitamos vivirlas tal como él las vivió y dejar atrás las
enseñanzas cristalizadas de hoy en día.
¡Qué despertar experimentaría la humanidad si
pudiera volver hacia atrás y viese al Jesús niño, al Maestro que nos traería el
mensaje de vida eterna. Nada puede conmover tanto el espíritu como la visión de
estas cosas.
Las palabras de los credos no pueden inspirar el
alma de los hombres como lo hace la experiencia de conocer la presencia de
Dios. Pero la fe expectante mantendrá siempre abierta la puerta de la esperanza
del alma del hombre, para dejar entrar las realidades espirituales eternas y los
valores divinos del mundo por venir.
Te damos gracias, Padre Celestial, porque te hiciste
carne como el hombre mortal para que nosotros pudiésemos llegar a ser semejantes a ti.
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