Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo:
--Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en
este tiempo?
Les dijo:
--No os toca a vosotros saber los tiempos o las ocasiones que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y
hasta lo último de la tierra.
Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo
ellos, fue alzado, y lo recibió una nube que lo ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos
en el cielo, entre tanto que él se iba, se pusieron junto a ellos dos varones
con vestiduras blancas, los cuales les dijeron:
--Galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que
ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como lo habéis visto ir al
cielo. (Hechos 1,6-11)
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