El Maestro vino para crear un nuevo espíritu en el hombre, una nueva voluntad, — para conferirle una capacidad nueva para conocer la verdad, vivenciar la compasión y elegir la bondad — la voluntad de estar en armonía con la voluntad de Dios, unida al impulso eterno de hacerse perfecto como el Padre que está en los cielos es perfecto.
sábado, 8 de octubre de 2011
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